El paso del tiempo va dejando sus huellas y él mismo se encarga de ir desdibujándolas a medida que van trascurriendo días, meses, años.... algunas no se borran nunca, es imposible, porque van inherentes a nuestra propia vida, pero se van haciendo más llevaderas.

 Tenemos que seguir caminando, y aunque no olvidemos lo perdido, hay otros muchos motivos para dar gracias a Dios por el presente y no quedarnos anclados en el pasado.

 Abrazos.   

TRES AÑOS DESPUES...

...Encontré este blog casi olvidado . En este periodo de tiempo, en mi familia-supongo que como en todas- hemos tenido risas y lágrimas. Las risas nos  las regalan nuestros nietos, y las lágrimas los seres queridos que se nos fueron, unos en edad ya avanzada, como los tíos Guillermina y Senén, y otros empezando a disfrutar de su jubilación, con la tranquilidad que nos da el ver a su hija feliz y sentirse querido por la familia, como era el caso de mi cuñado Enrique, a quien seguimos echando mucho de menos.